lunes, 23 de abril de 2012

UN ESCRITOR 'ATÍPICO'


Agustín Fernández Mallo
No solo se escritores convencionales vive el mundo de la escritura. Y si no que se lo digan a Agustín Fernández Mallo, porque ¿qué íbamos a decir de un hombre cuya primera novela se titula Nocilla Dream? Cuanto menos es curioso ¿Y qué me decís de su Poesía Postpoética que relaciona las ciencias con la poesía? Pues sí, efectivamente, diferente es.

Hasta ahora, todos los autores que con gusto hemos escuchado han aportado una visión muy típica del mundo de la literatura. Yo empecé así, yo hice esto, yo hice lo otro, para escribir hay que...- nos diría cualquier autor en una de sus amigables charlas. Pero como ya comprobamos el pasado martes, detrás de los libros se esconde algo más que un par de consejos, se esconde una persona, sus vivencias…y sus ocurrencias. Nada definiría mejor aquellas palabras y aquellas curiosas imágenes que Agustín nos mostró. Ocurrencias las llamaría yo. Ni un fragmento aburrido, ni una técnica para escribir. No. Sólo ocurrencias variopintas que hicieron volar mi imaginación durante un par de horas. Porque nunca imaginé que una licenciatura en Ciencias Físicas pudiera dar lugar a tan sorprendentes ideas.

Y hablando de ideas, recuerdo aquellas tortitas mugrientas que no dejaron indiferente a nadie, y aquel cartón de leche que tanto decía sin saberlo. Y por supuesto recuerdo ese anecdótico viaje en avión que nos hizo ver algo todavía más espeluznante en la película El Resplandor.  Cómo no iba a acordarme. Sin embargo, hubo un momento en que Agustín también tuvo algo de ‘escritor típico’ pues también dio algún que otro consejo. Eso sí, no por ser consejos perdieron su punto original. Si quieres escribir, sencillamente escribe, sin miedo -dijo Agustín. Pues claro, ¿para qué nos íbamos a complicar más? Eso sí, lo que escribamos tiene que “salir solo” tiene que fluir, como diría nuestro amigo. Y no vale angustiarse, pues la creatividad está en todas partes.

Agustín no sólo nos sorprendió con sus tortitas y con sus sencillos consejos sino que también nos presentó a su ‘yo virtual’, algo que, como buen escritor ‘atípico’ no le podría faltar. Así que si alguien se quedó intrigado con todo aquello que nos mostró ya puede seguir indagando en su pintoresco mundo y seguir disfrutando de tan desenfadada literatura. Porque si algo nos ha quedado claro es que su literatura es desenfadada y…especial.

Porque que no solo de escritores convencionales vive el mundo de la escritura.

domingo, 15 de abril de 2012

EL REENCUENTRO TORCIDO


TELÓN

(Tres mujeres jóvenes están sentadas en la terraza de un café esperando a que les sirvan las bebidas. Una cuarta joven aparece en escena)

HELENA.- ¡Nieves! ¡Por fin! ¡Qué alegría verte!

LAURA.- ¡Sí! ¿Cómo has tardado tanto? Te estábamos esperando, mujer.

(NIEVES se acerca a cada una de ellas y les da un par de besos.  A continuación se sienta en una silla junto a las demás)

NIEVES.- Lo siento chicas, la mujer de la limpieza me ha entretenido al salir de casa y como vivo a las afueras no he podido llegar antes.

LUCÍA.- ¿Mujer de la limpieza? ¡Qué categoría gastan algunas….!

(Las cuatro mujeres ríen)

HELENA.- Lo importante es que estamos todas juntas después de seis años…

LAURA.-… ¡y que nos vamos a poner al día en todo lo que nos ha pasado!

NIEVES.- ¡Empiezo yo!

HELENA.- ¡Ala, mujer! ¡Qué rápida!

LUCÍA.- Qué tendrás que contarnos…

NIEVES.- ¡Cosas muy importantes, Lucía!

LUCÍA.- Menos lobos caperucita…

HELENA.- Hay que ver, Lucía, pasan los años y sigues contestando igual.

LUCÍA.- Ya ves, me conservo bien…

NIEVES.- Pues mirad, terminé la carrera, ¡con las mejores notas! Y en seguida he conseguido un trabajo estupendo.

HELENA.- ¿A sí? ¡Qué bien! ¡Cómo me alegro! Y ¿dónde trabajas?

NIEVES.- En un bufete de abogados.

LAURA.- ¡Ey! Mi novio también trabaja en un bufete y su puesto es muy importante…

LUCÍA.- Claro, haciendo cafés

LAURA.- Qué graciosa… Pues no, es el encargado de los temas de delincuencia juvenil, y ¡gana mucho dinerito…!

HELENA.- O sea que tienes novio…

 LAURA.- ¡Sí! Es una maravilla, le conocí…

NIEVES.- ¡Oye! Que estaba yo primero y no he terminado de contaros todo

LAURA.- Perdón, es que hablar de mi novio hace que me olvide de todo.

LUCÍA.- Continua, que queremos saber de la “abogada-tengo mujer de la limpieza”.

NIEVES.- ¡Eres una envidiosa!

LUCÍA.- Pues no, mi vida es también maravillosa: trabajo, soy lista, y vivo perfectamente sola. Y no necesito mujer de la limpieza.

NIEVES.- En fin. Continuo. Trabajo donde ya os he dicho y en mi tiempo libre voy al gimnasio en el que trabaja mi prometido que es entrenador personal.

HELENA.- ¡Vaya! Pareces una mujer ocupada e importante.

LAURA.- Y con prometido… yo también me voy a comprometer con Juan porque es el hombre de mi vida.

LUCÍA.- O sea que Juan, eh….

LAURA.- Sí, es una delicia, es guapo, es alto, es fuerte, es listo, ¡es un Dios!

LUCÍA.-  Ya estamos otra vez con caperucita y sus lobos…

LAURA.- No lo conoces, no puedes opinar.

NIEVES.- Chicas, os recuerdo que estaba contándoos algo…

LUCÍA.- Si ya lo has contado todo, ahora le toca a otra. Venga Helena que estás muy callada.

HELENA.- ¿Yo? Mi vida es muy normal. Terminé la carrera, el máster, trabajé unos meses en Francia, y ahora doy clases en una academia de idiomas. En Francia conocí a Matthieu y ahora vivo con él en un apartamento que alquilamos, porque se vino conmigo a España.

LUCÍA.- “Mi vida es muy normal” dice… Pero ¿te has escuchado?

NIEVES.- Pues claro, si vives en un apartamento alquilado tu vida es normal.

HELENA.- A ver qué va a pasar con mi humilde apartamento… Pues no, no es por eso, Es normal porque todavía me quedan cosas que conseguir, pero no me preocupa porque…

NIEVES.- Ahora que di ces de apartamento, ¿os he contado que vivo en una urbanización a las afueras?

LUCÍA.-Sí, cuando nos hablaste de tu mujer de la limpieza… que por cierto,  ¿cuánto le pagas?, porque como trabajas en un bufete será la mujer de la limpieza más rica del mundo, ¿no?

NIEVES.- ¡Que más da lo que le pague!

LAURA.- Y hablando del bufete, ¿dónde está? Es para ver si mi novio lo conoce.

NIEVES.- Pues….es que no está aquí. Está…en Alcobendas.

HELENA.- ¡Qué casualidad! Allí está la academia en la que trabajo.

NIEVES.- Vaya, si… ¡qué casualidad!

LAURA.- Vale, ya le preguntaré a mi novio.

LUCÍA.- Y, ¿de qué te encargas exactamente? Porque no irás sólo a presumir de notas altas y de entrenador personal.

NIEVES.- ¡Por supuesto que no, Lucía!

LAURA.- Mi novio es el encargado de los casos de delincuencia juvenil, ¿os lo había dicho ya?

HELENA.- Creo que sí.

LUCÍA.- Sí, ya nos has restregado el trabajo de tu maravilloso novio antes…

LAURA.- ¡Eres una envidiosa! ¿Tú no eras súper feliz con tu vida?

LUCÍA.- ¡Pues claro que sí!

NIEVES.- Chicas, ¡me habéis cortado otra vez!

HELENA.- Chicas, dejadle terminar.

NIEVES.- Yo me encargo de los robos.

LAURA.- Pero ¿de qué tipo de robos? Porque son diferentes.

NIEVES.- Y ¿cómo lo sabes?

LUCÍA.-Espera, dejadme adivinar…tu novio te lo ha dicho.

LAURA.- Pues sí, aunque no te guste.

NIEVES.- Eh…me ocupo de los robos  en la calle.

HELENA.- Tiene que ser duro ese trabajo, ¿no?

NIEVES.- ¡Mucho! Por eso cuando llego a casa, sólo tengo ganas de que mi novio me dé un masaje.

LUCÍA.- Yo no necesito a nadie que me un masaje, yo me doy un baño relajante con burbujas y ya está.

LAURA.- Ya, eso dicen todas…pero un novio, ¡es un novio!

LUCÍA.- Lo que os pasa es que estáis obsesionadas, habéis visto demasiadas películas.

NIEVES.- ¡Y tú estás celosa perdida!

LAURA.- Estás soltera y no lo aguantas por eso nos tienes envidia.

LUCÍA.- Pero ¿qué dices? Yo al menos tengo vida, no como tú que vives por y para tu novio. ¿A caso has hecho algo importante en la vida a demás de pasearte de la mano de unos cuantos chicos? Porque te recuerdo que en el instituto tenias fama…

NIEVES.- …y no buena…

LAURA.- ¿Pero qué dices, Lucía? Y tú que, ¿ya has olvidado que eras una friki sin amigos a la que acogimos en nuestro grupo? ¡Pues no insultes! Y tú, Nieves, no te metas.

LUCÍA.- ¿Cómo que friki?, no sabes lo que dices doña novio perfecto.

NIEVES.- Laura, ¡hablo si quiero! Y además, deja de quejarte, que tú lo tuviste todo y me hacías sentir mal constantemente, con tus novios, con tus ligues, ¡con todo!

LAURA.- ¿Tú también tienes envidia ahora? ¡Venga ya!, pero si tienes una vida de anuncio. ¡Cállate!

LUCÍA.- Eso, tú también eres doña perfecta, déjanos a los mediocres que sigamos con nuestra vida.

HELENA.- Chicas, ¡queréis parar ya! Se os está yendo de las manos, ¡dejad ya de insultaros! Estamos aquí para pasar un buen rato juntas y para alegrarnos las unas de las otras, no para perder el norte y decirnos de todo.

NIEVES.- ¿Y qué pasa cuando no te alegras ni de tu propia vida? ¿Eh? ¿Qué pasa cuando tu vida es una mierda?

HELENA.- ¿Pero por qué dices eso? Tu vida es maravillosa: obtuviste buenas notas, eres abogada, tienes un buen novio, vives en una urbanización a las afueras…¡es todo perfecto!

NIEVES.- No es tan perfecto, ¿sabes? No es tan perfecto cuando no has terminado la carrera, cuando trabajas en el supermercado de la esquina, cuando vives con tu madre y cuando tu novio te ha dejado.

(A NIEVES se le escapan unas lágrimas)

LAURA.- Pero ¿qué dices? No teníamos ni idea, Nieves. ¿Por qué nos has mentido?

NIEVES.- No lo sé, solo quería sentirme mejor conmigo misma por un rato.

LUCÍA.- Pero ¿y qué te pensabas? ¿Que nuestras vidas iban a ser mejores? Pues no, ya ves que no, yo sigo siendo la misma descarada de siempre que no se puede estar callada…

LAURA.- Y yo sigo siendo la misma inútil que no sabe hacer nada sola.

HELENA.- Vale chicas, tampoco será para tanto. ¡Sois unas exageradas! Seguro que vuestras vidas son muy diferentes de lo que eran antes y vosotras también, tu incluida, Nieves.

NIEVES.- Claro, mi vida ya no es una mierda ¡ahora es una mierda más grande!

LUCÍA.- ¡Pues claro que sí, Nieves!

NIEVES.- ¿Pero qué dices?

HELENA.- ¡Lucía!

LUCÍA.- Era una broma.

LAURA.-  Lo siento, Lucía, sino me hubiera reído de ti por no tener novio no hubiéramos discutido. Lo siento.

LUCÍA.- No importa, yo me lo tomo todo a broma. Y yo también lo siento.

HELENA.- ¿Por qué?

LUCIA.- Siento haber estropeado nuestra cita siendo tan bocazas.

NIEVES.- Yo también lo he estropeado todo mintiéndoos desde el principio, lo siento.

HELENA.- Vaya, ¡sólo falto yo por disculparme!

LAURA.- Tú no tienes que disculparte, tú has sido la única sincera y agradecida. Gracias.

LUCÍA.- Cierto, al menos queda alguien decente en este grupo de locas.

(Las cuatro sonríen)

HELENA.- A lo mejor todavía estamos a tiempo de contárnoslo todo otra vez, pero esta vez sin mentiras ni envidias. ¿Qué os parece?

LAURA.- ¡Vale! Perfecto.

NIEVES.- ¡Empiezo yo!

(TELÓN)